martes, 20 de mayo de 2008

La muerte.

Hay momentos en la vida en los que se da uno cuenta de que ha desperdiciado el tiempo, o al menos de que no lo ha aprovechado en algunas cosas que se han escapado vivas por ahí, y no me refiero a tirarse en paracaidas, nadar con tiburones ni nada por el estilo.

Y es que hace poco que estaba harto de estar estudiando, me tope con un libro maravilloso del cual habia oido hablar mucho pero que nunca me tomé el interés de leer, "claro!!!", decía yo, "si eso es solo para niños!!!".

Se trata de "El Principito". !Qué maravilla de cuento!. Muy recomendable.

Bueno, pues resulta que tengo que decir dos cosas:

1.- Es impresionante cómo el tema central del cuento es la muerte. Pero la forma en la que resuelve el autor es por demás drámatica pero linda. Casí me hace llorar, cosa que no es muy difícil.

2.- Tienen que leer, después de "El Principito", los comentarios de una magnífica escritora que esta haciendo sus pininos. Son los únicos comentarios que han entrado hasta ahora. Son geniales. Especialmente el último. Mucha madurez.

Pero que tengo que decir yo respecto de la muerte? Pues tengo que decir que es una necesidad. Tenemos que morir. me imagino a una comunidad de fetos, que viven todos en una misma panza, y que se lamentan mucho de que alguno de ellos muera... es decir, que salga de ahí o que nazca. Deben de lamentarse mucho!!!!... Ahí estan a la temperatra ideal, nada los deslumbra, sólo descansan, comen y hacen sus necesidades!!! que maravilla!!. Escuchan todo, sienten todo, pero siempre protegidos por mamá.

Y como nadie de los no nacidos ha regresado para contar cómo es allá afuera... Muchas semejanzas con nuestro caso, no?

La imaginación, la maldita imaginación como la llamé, es la mas grandiosa herramienta que podemos tener. En eso consiste su maldición, en que es absolutamente necesaria para progresar, para crear, para vivir, y finalmente para salvarse. No hay redención sin imaginación.

Pero no es una tonteria. La imaginación no trabaja con metiras, sino con realidades tan reales como las que más, solo que superan nuestros sentidos físicos.

Pero de esto seguiremos hablando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dicen que los sueños tienen ciertos significados, yo sueño muy seguido que se me caen los dientes, de una forma tan real que la mayoría de las veces al despertar lo primero que hago es revisar si se me cayeron de verdad.

Escuche que cuando sueñas que se te caen los dientes es señal de que alguien se va a morir, y yo había comprobado que ese rumor era mentira, por que yo lo seguía soñando y afortunadamente no se moría nadie, por lo menos no alguien que yo conociera, hasta hoy.

A noche soñé que se me caía mi colmillo, se caía con pedazos de encía, dos para ser exactos y había mucha sangre, y me dolió mucho, por que quien me conoce mi colmillo, es mas no tienes que conocerme para verlo, con solo mirarme puedes verlo, por que esta encimado es lo que hace que mis dientes resalten TANTO de mi rostro, mi colmillo hace que mi apariencia no sea la estética, de hecho siempre he pensado que puedo dar una buena impresión de lejos hasta que me río, por que aparte de hacerlo fuerte, mi colmillo sale a la luz, pero yo amo mi colmillo, es parte esencial de lo que soy, ha llegado a pensar en nunca arreglarlo, por que lo amo así, por eso todo el día estuve inquita por mi sueño, hasta que entendí que la caía de mi colmillo significa mi propia muerte, por que cada vez que mudas un diente es por que te saldrán los definitivos, es como creer, como madurar, y al perder mi colmillo, es también que una parte esencial de mi esta muriendo.

Me aterra, el saber que puedo perderme, pero al mismo tiempo me emociona saber en que me estoy convirtiendo, es como conocerte de nuevo.

Coincido en que todos tenemos que morir, pero creo que también hay que morir en vida varias veces, para cerrar y abrir ciclos para volver a nacer, y así volver a empezar.

No se si, eso me pase, al menos no con seguridad, solo se que cuando desperté mi colmillo esta en su lugar al igual que todas las cosas que tengo por solucionar.