sábado, 5 de julio de 2008

La sangre chorreante

Hace ya algunos años me dediqué a saciar mi sed. Después de mi encuentro con el vampirillo que no resultó en nada, ni lleno mis espectativas de transformación, salí en busqueda de otro.

Este parecía de película, muy sensual y bello. Rapidamente hicimos contacto, pues él andaba hambriento también. Me descubrió muchas cosas ocultas de este mundo, que en ratos me empezó a parecer maravilloso.

La primera vez me dejó morderle, beber su sangre. Mi inicio en beber sangre de un vampiro, y me pareció deliciosa. La sangre chorreante que escurría por las comizuras de mi boca y recorría por fuera los lados de mi cuellos, precisamente por donde sube la yugular es extasiable, te pierdes, te embriagas.

Desde ese momento me propuse ya no volver a beber sangre de animales, mucho menos de muertos, sólo sangre de vamipro.

Pero este era un ser muy oscuro. Lleno de rencores, de tinieblas. Para poder sobrevivir a todas las cadenas que esta vida impone, se sumía en el alcohol, en las drogas. Sus estallidos de ira eran sobrecogedores.

No lo soporté más. Resultó que después de un año lo tuve que dejar. Me estaba arrastrando a la oscuridad, a perderme. El pacto que había hecho con mi Dios me había permitido tener cierta vida, poder salir a la luz, poder conocer, sentir. Él era diferente y como una sanguijuela, me estaba robando la vida.

Fue entonces cuando me explicó el asunto. Resulta que la sangre que corre en los vampiros corresponde a una especie de jerarquía de pureza. Hasta el final de la cadena, cuando la ínfección es bastante impura el individuo se transforma en una escoria, una basura escupible y débil que no llega a tener fuerza ni para beber sangre más que de ratas, por lo general se encuentran en basureros o cloacas. Después siguen los que tienen una raíz un poco más pura, estos sólo se dedican a pequeños animales, andan rondando entre los hombres, pero la luz les atemoriza, y las cosas religiosas también. Estos normalmente huyen ante crucifijos y agua bendita. Son muy supersticiosos e inseguros. En un tercer puesto se encuentran los llamados señores de la noche, "baabelaila", que andan buscando sangre humana para vivir. Estos son los principales responsables de las demás contaminaciones de los grados más bajos; también son responsables de asesinar, tanto a hombres como animales. Difícilmente se ahuyentan, y son muy fuertes, con una fortaleza sobre humana. Y finalmente se encuentran los "baalbeshamayim", que son los que han sido mordidos por el vampiro original, o por algunos de los que directamente han sido mordidos por él.

Me di cuenta de que este vampiro al que estaba dejando era un "escoria", que no había hecho más que disfrazarce para que con mi mordedura subiera su nivel. Él me dijo que sabía desde el primer momento en que me vió que yo era un "baalbeshamayim", y que pensó que conmigo saldría del hoyo donde estaba.

No fue así. Todo se volvió más confuso. ¿De dónde habría venído mi sangre? ¿Quién me había mordido en realidad? ¿Qué era todo este mundo tan complejo que se me revelaba ahora?

Salí huyendo de ahí. No quería más sangre de vampiro ni volver a saber de ellos, ahora quería sangre humana, normal, y pronto iba a conseguirla.

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